“Tenemos la esperanza de que alguien se quiebre y cuente la verdad durante el juicio. Que en algún momento se rompa ese gran manto de encubrimiento”, aseguró Alberto Lebbos, el padre de Paulina, la joven estudiante universitaria que desapareció el 26 de febrero de 2006 y cuyo cuerpo fue hallado el 11 de marzo en la ruta que conduce a Raco.
El martes, a las 8.30, comenzará el debate, que será dirigido por el tribunal integrado por Dante Ibáñez, Carlos Caramuti (presidente) y Rafael Macorito. En el banquillo de los acusados se sentarán Roberto Luis Gómez, que está imputado de la desaparición y el homicidio de la joven; Eduardo Di Lella (ex secretario de Seguridad); Hugo Sánchez y Nicolás Barrera (ex jefe y ex subjefe de policía, respectivamente), Héctor Nicolás Brito (ex jefe de la Unidad Regional Norte) y Hugo Rodríguez (policía retirado) por encubrimiento y otros delitos.
El juicio comenzará cuando falten pocos días para que se cumplan 12 años del crimen. En todo ese tiempo han sucedido una serie de hechos y situaciones que hicieron aún más compleja la investigación de la causa.
“Haciendo un mínimo análisis de lógica fáctica y jurídica, llama la atención que por Gómez, un perfecto desconocido, se encuentren policías condenados y funcionarios involucrados. El debate oral será la antorcha que quizá ilumine el camino de la verdad, poniendo a los demás responsables en el lugar que efectivamente corresponde”, sostuvo Carlos Sale, que actuará como fiscal de cámara en la audiencia. Esas palabras las escribió en el fallo que dictó cuando solicitó que la causa sea elevada a juicio.
Lebbos, como muchos, cree que alguno de los imputados podría contar lo que realmente pasó. “Que un acusado se quiebre durante el debate es bastante inusual. Generalmente, los acusados defienden sus dichos y su versión de los hechos. Sin embargo, al ser la causa Lebbos tan compleja, puede suceder cualquier cosa. En cuanto a mi experiencia, generalmente, los defendidos sostienen su postura de principio a fin”, indicó el abogado penalista José Molina.
Su colega, Geraldine Salazar, dijo: “es difícil que alguien confiese. No es frecuente y menos en este caso. Desde mi punto de vista hay un pacto de silencio muy grande que lleva años. El mismo padre de la víctima no pudo lograr que esta gente hable ante la Justicia”.
Pero la profesional aclaró que sí se pueden presentar contradicciones entre los imputados que generarán careos entre ellos. “Con esa medida, si está bien elaborado el cuestionario, se puede lograr que haya un indicio sobre quién no está diciendo la verdad”, agregó.
Salazar dijo que algo similar ocurrió en el juicio del homicidio del ex juez de Menores Agustín Aráoz. “Los imputados por el crimen se acusaron unos a otros y eso los llevó a que todos fueran condenados”, recordó.
Otro penalista, Gerardo Banegas, destacó: “hay que tener en cuenta que nadie está obligado a declarar contra sí mismo. A través de la sana crítica racional se analizan las declaraciones de los imputados y si llegaran a cambiar sus palabras o incriminar a alguien con sus dichos, sus palabras deberán ser probadas”.
“Resulta difícil que un imputado se quiebre. Lo que se debe tener en cuenta es si ese quebramiento tiene algún elemento que configure o determine que ese cambio tiene apoyatura probatoria. El imputado no está obligado a decir la verdad. Y no sabés si es cierto lo que está diciendo en el debate”, opinó Alejandro Diéguez.
Otro tema
El fiscal Sale, en base a lo que surja en el debate, puede cambiar la acusación de los imputados. Puede agravar los delitos por lo que están siendo juzgados o directamente pedir su absolución porque no tiene los elementos necesarios para solicitar una condena.
Pero podría ocurrir que en el debate surjan nuevos sospechosos.
Molina dijo que los jueces deben valorar el cambio de la situación fáctica de los hechos. “Normalmente en la sentencia se decide si es necesario o no realizar una nueva instrucción de lo que se dijo en la audiencia”, comentó. Epelbaun agregó que esa situación sólo se da “si urge en relación a personas que no están imputadas”.
"El debate oral será la antorcha que quizá ilumine el camino de la verdad poniendo los demás responsables en el lugar que efectivamente corresponde", comentó Carlos Sale, fiscal de cámara.
Álvaro Zelarayán, también penalista, explicó que en caso de que eso ocurra, normalmente la investigación quedará en manos del fiscal que se encuentre de turno en el momento de la sentencia. Aunque en este caso, podría pedírsele al fiscal Diego López Ávila que la instruya.
“Este es un caso muy especial. Se trata de una causa de más de 10 años y cualquier delito que empiece a investigarse tras la sentencia posiblemente esté prescripto o prescriba cuando llegue a juicio”, destacó Diéguez.
Puntos en contra:
Aviso
Insisten que para presenciar el debate todos deberán acreditarse. Toda persona que quiera presenciar el debate deberá estar acreditado. Debido a la capacidad de la sala donde se desarrollará el proceso, el Tribunal decidió que podrán ingresar hasta tres familiares de la víctima y de los imputados, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales con interés en el tema y público en general (hasta llenar el cupo establecido).
La acreditación se hace online, ingresando a la opción “acreditaciones Causa Paulina Lebbos”, en la página web del Poder Judicial de la provincia: www.justucuman.gov.ar. Solo podrán presenciar el juicio aquellos que realicen estos pasos y que completen el formulario que se ideó para esta ocasión.
Para asistir deben llevar el DNI. “El Tribunal de la Sala 3 de la Cámara en lo Penal considera fundamental garantizar el derecho a la información en los casos judiciales de trascendencia pública que generan gran interés en la sociedad”, se pudo leer en el comunicado de prensa firmado por la dirección de Comunicación Pública de la Corte Suprema de Tucumán.
El lunes, desde las 16.30 y hasta las 18.30 en el segundo piso del Palacio de Justicia. Los participantes sólo podrán ingresar por el acceso de Congreso al 400, según se informó oficialmente.